Nuestra Villa
Nuestra villa

En 1523 se erigió su rollo de trazado gótico sobre un basamento octogonal. La iglesia de San Miguel fue construida en los s.XII-XIV. La iglesia de San Juan Bautista es gótico-mudéjar, fechada en el s.XV. La iglesia de San Pedro corresponde al s.XVIII. La ermita de la Virgen de las Fuentes es un edificio barroco del s.XVIII. En el interior del camarín está la imagen titular, excelente talla gótica de la Virgen con el Niño, fechada hacia 1500. El Museo del Queso nos mostrará la sabiduría de una villa que, desde los tiempos medievales, destacó en la comarca por sus ferias y mercados semananles.

Rollo e Iglesia IIIVillalón, situado a unos 70 kilómetros de Valladolid, es uno de los grandes núcleos de población del norte de la provincia. Cuentan que Villalón fue asentamiento vacceo, y su nombre estaría compuesto por "villa" y "alón" que significa tierra, por lo que su traducción sería villa de la tierra.

Villalón entra en la historia en el siglo XIII de la mano de Fernando III el Santo, quien otorga a la villa el mercado de los sábados en el año 1250, el cual se viene celebrando ininterrumpidamente a lo largo de la historia hasta nuestros días. La importancia que adquirieron las ferias, le convirtieron en uno de los mercados financieros de Europa, durante parte de los siglos XV y XVI. Estas ferias duraban 46 días desde el miércoles de ceniza hasta el Domingo de Resurrección, permaneció desde el año 1.436 hasta el siglo XVIII. Uno de los principales atractivos se situaba en la calle Marceliano Serrano, anteriormente llamada "La Zapatería", ya que allí se asentaban los libreros y borceguileros (zapateros). En la Plaza de San Juan se colocaban las bestias y ovejas; en la calle Santo Domingo el aceite; la cera y el sebo de los portugueses. En la calle Costanilla, junto a la Puerta de San Miguel, el pescado de Cantabria, el cual tardaba unos 30 días en llegar.

A todo esto hay que unir los que venían con artículos de mercería, cerería (cera), trapería, frutas, legumbres, paños, sedas, joyas o coral.

Nuestro recorrido monumental por esta insigne villa debe comenzar en su obra más significativa, su Rollo Jurisdiccional. Se ubica en la Plaza Mayor, y a ella se llega a través de la calle que viene de la carretera comarcal C-611 proveniente de Medina de Rioseco. Es una calle con soportales, muy llamativa, y que no dejará de sorprendernos, por su singular aire añejo. Sin duda alguna, este Rollo de Villalón es el más sobresaliente de todos los que perviven en España. Data del siglo XVI, de estilo gótico, mandado construir por el Conde de Benavente, Rodrigo Alonso Pimentel, y está declarado Monumento Nacional. Destacan las gárgolas sobre un primer cuerpo cuadrangular y las columnas angulares estriadas del segundo cuerpo. Ya en el tercero, un pilar central rematado en los ángulos por arquillos, dan paso alpináculo que sostiene la veleta en forma de estrella que culmina el monumento. Mide unos 10 metros y su forma nos recuerda a las agujas de la catedral de Burgos. En la misma plaza, de forma irregular, con soportales de ladrillo y en estilo neomudéjar, se eleva la figura de la Iglesia de San Miguel, uno de los edificios más importantes de toda la provincia, a la que se accede a través de un pórtico de columnas de amplias proporciones Es de estilo gótico-mudéjar de los siglos XIII y XIV, y alberga algunas obras escultóricas y pictóricas interesantes, como puede ser el sepulcro del canónigo leonés Diego González del Barco, obra del genial Juan de Juni. Además posee abundantes artesonados, un extraordinario órgano barroco, y una monumental torre de cuatro cuerpos.

Para llegar a las otras dos iglesias que se localizan en Villalón, hay que tomar direcciones opuestas. Una de ellas, la de San Juan se alcanza a través de la calle con soportales que sale a mano derecha. Para ver la otra, la de San Pedro es necesario, coger la calle que parte de frente de la plaza y girar después a mano izquierda. La Iglesia de San Juan fue construida en el siglo XV en estilo gótico-mudéjar, con un magnífico retablo mayor de pinturas sobre tabla del siglo XVI; mientras que la de San Pedro, del siglo XV, destaca por sus bóvedas de arista que cubren las tres naves y la cúpula decorada con yeserías que hay en el presbiterio. Increíble también es su torre de cinco cuerpos de ladrillo que yergue entre el abigarrado conjunto urbano. Aparte de otras casas nobiliarias que se encuentran dentro del casco histórico con curiosos escudos en sus fachadas, es merecedora de mención, la Ermita de Fuentes que se sitúa a tres kilómetros por la carretera que nos conduce a Fontihoyuelo. Se trata de un edificio barroco del siglo XVIII en ladrillo y con tres naves separadas por arcos de medio punto, donde se venera a la patrona del pueblo. Además dispone de un merendero en el que podremos disfrutar de un día en plena naturaleza.

Cabe destacar que Villalón se encuentra incluido dentro del itinerario del Camino de Santiago madrileño, por lo que asomarse a esta villa es una cita obligada. En el pueblo hay varios restaurantes y alojamientos para el viajero. 

Frutería

Otro de los atractivos de Villalón son sus fiestas, que se celebran en honor de San Juan y San Pedro en los últimos días de junio, con las tradicionales hogueras, verbenas, toros, rejones, suelta de vaquillas y exposiciones artísticas. Ya en septiembre, el día 8, es el día de la patrona, la Virgen de Fuentes, también con suelta de vaquillas y con una romería en la ermita.

El segundo fin de semana de junio, se viene celebrando desde hace años un importante mercado comarcal, en el que se dan a conocer los productos autóctonos de Tierra de Campos, también conocido como Mercado Medieval, ya que la villa regresa al ambiente de sus famosas ferias. Otros actos pueden ser la feria de la matanza, San Blas, el Encuentro de Peregrinos, el Domingo Tortillero, la Semana Santa, la Traída de la Virgen, el día de las Vías Verdes, el Mercado Retro, Jornada Musical de Órgano Barroco, el Mercado del Queso, Día de las Bodegas, Navidad, ... 

En cuanto a gastronomía, Villalón no se separa mucho de la cocina tradicional de esta comarca, donde los productos típicos de la matanza, las lentejas pardinas, el pollo de corral, el pichón bravío, así como los asados o el lechazo, son lo más sobresaliente. Todo esto se ve traducido en unos encuentros gastronómicos en los que durante 15 días se dan a conocer los productos tradicionales de la comarca, como el famoso queso de "pata de mulo".